sábado, 14 de enero de 2012

Estaba tan enamorada,

Con mis ilusiones por sobre las derrotas,

Estaba con el alma y la piel en tus manos,

Enamorada, tan enamorada.

Estaba de tregua con la tragedia, felizmente envuelta en la luz

Lejos, muy lejos las tinieblas, aquellas que me quieren, tanto de amante y compañera.

Estaba enamorada, en tus brazos entregada… y la felicidad duró un suspiro,

La puesta en marcha del abrigo, la oscuridad de los trinos.

Ahora que lloran tus luceros,

Como dos niños abandonados al olvido,

Ahora que sé… aquel pasado que vivimos el tiempo se trago,

Algo murió de apoco, como en el peor de los castigos,

No supe exactamente cuando comenzaron las campanadas… pero aquella iglesia, anunciaba nuestra marcha.